Mayo 2024
El desprestigio de las ciencias sociales en un alto porcentaje de nuestra sociedad se puede deber a infinidad de motivaciones, todas construidas, inventadas diría Hobsbawn.
Por quienes ejercen el poder político, por otros que ejercen el poder económico, por quienes ejercen el poder de las armas, el poder de Dios, por quienes ejercen la justicia, los medios de comunicación; y en la práctica cotidiana, territorial (social), por grupos minoritarios que o bien ejercen varios de estos poderes a la vez –político y económico- o bien configuran alianzas entre éstos.
Desde la segunda revolución industrial y para dar respuesta a la primera crisis endógena del capitalismo y de la ideología económica liberal y, porque no, de su filosofía política; entre las diversificaciones que observamos más allá de los textiles (siderurgia, petroquímica, industria pesada, industria de laboratorios medicinales) también encontramos la explotación de las comunicaciones con el periódico y la publicidad, que procesualmente se dirigiría a la propaganda.
Así como las ciencias físicas, físico química, química, médica; pudiera haber sido vista como magia o brujería hace 5 siglos atrás por algunas miradas, hoy las ciencias sociales están teñidas del descrédito de ser charlas de café: “… cuando pase por tus casa, nos tomamos un fernet y charlamos de todo eso…”
Difícilmente alguien pueda comprender a Dussel, Derrida, Rockwell, Borda, Jenkins, Geertz, Mauss, Levi-Strauss o Sinanandan, Solana, García Canclini, Ricoer, Reynoso, Schuster… (creo que se entendió el punto), con 42º de alcohol en un vaso. Pero esta es la trascendencia que muchos le dan a este conocimiento.
Para estos puntos de vista, ¿no sería contradictorio observar cuáles son hoy las universidades que mejor posicionadas están a nivel mundial de, por ejemplo, la carrera de Ciencias Antropológicas?
Universidad de México
Universidad de Harvard
Universidad de Londres
Universidad de California
Universidad de Chicago
Teniendo en cuenta que las cinco primeras opciones involucran 4 universidades de países que han dominado la escena mundial durante el siglo XX, yo sería más cuidadosa antes de minimizar los alcances de las ciencias sociales.
No dejemos de observar que en el top está la Universidad de México, Latinoamérica.
Siendo antropóloga casi casi recibida en la Universidad de Buenos Aires, es siempre una afronta personal el ninguneo de los discursos de amigos y conocidos que sostienen que 10 años de estudios y capacitación permanente en un campo disciplinar respetado académicamente, es un truco de salón.
Me dirán, y ¿qué logros me podés mostrar de las ciencias sociales?
Los efectos están a la vista:
En general, la colonización mental del anglo sobre una parte importante de nuestra población.
En particular, quien hoy es presidente.
¿Es absolutamente irracional que dirija los destinos de esta nación? ¿Es incomprensible que no sea un escándalo la Ley que entrega la Sobreanía Nacional?
No y no. Ataviado con una combinatoria de los primeros poderes concretos que nombré más arriba, la ingeniería social es la gran ganadora de las realidades políticas de la Argentina de hoy.
Todas las explicaciones, todas las lecturas y perspectivas nos llevaron al cuarto oscuro.
Y en esa soledad, introspección, en este momento, el 56% del 74% de la población entre 18 (algunos de 16) y 72 (o más) años, tomó una decisión que nos está ahogando a todos.
Ustedes me dirán, es que no ven, no entienden, están con el entendimiento nublado, con bronca, ignoran procesos históricos anteriores…
Todo nos lleva a las mismas respuestas: la invisibilización de los intereses de unos pocos que lograron “convencer” con un discurso, blablablá, a una mayoría.
Ese es el poder de las ciencias sociales.
El poder económico compra las voluntades del poder político y de los medios de comunicación, el poder de la fe compra el espíritu, el poder de éstos anclados en el poder de la Ley, -tergiversada como no justa (así arranca la primera clase de derecho en la universidad: “…sepan que la justicia no es justa…”)-, se alinean en un discurso que apunta a crear una lógica consistente en las mentes de los ciudadanos, y apela a la emoción y a las subjetividades que llevan a gatillarle en la cabeza a una vicepresidenta, o a violar y golpear a una jovencita en nombre de la Libertad.
Mientras el grueso de la población siga negándose a tomarse “en serio” a las ciencias sociales, van a seguir en esta situación de asimetría.
Me han dicho, “… las ideologías son una mentira para encubrir que los poderosos siempre detentan el poder…” y dicho en esos términos no se equivocan.
Los poderosos de todas las épocas dominan las lógicas de la manipulación y el manejo del entretejido sociocultural y simbólico que logra que quienes estamos dominados por sus ideas, incluso lleguemos a defenderlas como propias: “…todos somos Vicentin…”
¿No quieren saber cómo lo logran? ¿No quisieran evitarlo? ¿Transformarlo? ¿Usar este conocimiento en nuestro favor? En favor de quienes venimos perdiendo desde el bombardeo a Plaza de Mayo…las personas de trabajo genuino de este país.
No hace falta que vayan a la universidad porque no todos tenemos que saber construir una casa para poder vivir en ella y usarla. Nos es suficiente saber que es mejor tener un techo que no se nos caiga en la cabeza.
Todos los esfuerzos del poder real están puestos en pos de guiar nuestras elecciones, y lo logran guiados por las ciencias sociales que se nos meten en las mentes y el corazón.
Dejen de despreciar las ciencias que pueden tensionar y darle pelea a este sistema de inequidad que nos sumerge en el hambre y la desesperación.
No es onanismo mental, es Ciencia. Ciencia Social.
María Eva Zambelli.
P.D.: Wally, gracias por este espacio♥