Con el lanzamiento del operativo llamado “JULIO ARGENTINO ROCA” y con todo lo que implica ese nombre. La resolución del ministerio de Defensa permite la detención de personas que se encuentren “comentiendo delitos en flagrancia” por parte de las Fuerzas Armadas, violando la Ley de seguridad interior, la ley de Defensa y la ley de Inteligencia.
Con la excusa de una supuesta célula terrorista de origen libanés que estaría operando en la frontera norte y con anuencia del Estado de Israel, los usurpadores del Poder Ejecutivo de nuestro país ponen en marcha este operativo, buscando -una vez más- tensionar la relación bilateral con nuestra nación hermana de Bolivia y a su vez avanzar en la posibilidad a degradar la misión estratégica de nuestras Fuerzas Armadas, destinándolas a realizar trabajos de Policía. Se dice que los altos Mandos Militares no estarían de acuerdo con la medida, ya que son ellos los que luego terminan pagando el pato de la boda.
ZONA CALIENTE, EL LITIO
Ya durante la gestión neocolonial del contrabandista, sentenciado en primera y segunda instancia, Mauricio Macri, se manifestaron las tentativas yanquis a controlar por la fuerza el triángulo del litio, integrado por el Noroeste de Argentina, el Norte de Chile y el Sudoeste de Bolivia. De los mencionados países el más expuesto al saqueo imperial es el nuestro, gracias a la reforma constitucional del 94, ya que los derechos de explotación se encuentran fragmentados en diversas Provincias y se torna difícil poder establecer una estrategia Nacional -si hubiera un gobierno dispuesto a hacerlo- a los efectos.
Si bien Chile es quién más regalías impone a la explotación del litio (de 6,8 al 40% dependiendo de diversas variables) es a su vez el país con menores reservas, con la mejor ubicación geográfica para su enajenación exportadora y ha fungido -al menos desde la Guerra del Pacífico al presente, con algunos intervalos- como gendarme de los intereses de la anglosfera en el cono sur. El principal obstáculo para el imperialismo anglosférico es Bolivia, no sólo porque posee la mayor reserva, sino además porque ha celebrado contratos con empresas rusas y chinas para su explotación, lo que representa la principal amenaza para una potencia decadente que juega a obstaculizarlos, esforzándose dificultosamente por equipararlos en términos tecnológicos productivos.
En aquella ocasión, también gobernaba el admirado por Guillermo Moreno, Donald Trump, en el miserable país, protestante, genocida y cultor de la gastronomía basura, EEUU. Su hija, Ivanka Trump, realizó una fugaz y llamativa visita a Jujuy para comprometer inversiones yanquis en la cuenca del litio jujeño, gobernada por el cipayo y carcelero de dirigentes populares Gerardo Morales, en septiembre de 2019, apenas dos meses después de lo cual se llevó adelante un golpe de Estado al otro lado de la frontera jujeña, con el aún impune apoyo diplomático, económico y operativo del contrabandista cipayo, ejecutado por su ministra de lealtades etílicas (Patricia Bullrich) y la vergonzosa participación de efectivos de la Gendarmería Nacional Argentina. Dicho golpe fue posteriormente asumido por Elon Musk -hoy, funcionario de Trump y del imperio hamburguesero-, quién es un facineroso racista sudafricano, nacionalizado yanqui, que ha heredado una gran fortuna bañada en sangre y se autopercibe empresario, y que al referirse al golpe en Bolivia difundió por su red social tweeter (ahora X): “Le vamos a dar un golpe a quién queramos. Lidien con eso”.
Con la crisis sanitaria-económica desatada por la pandemia mundial del COVID-19 y la posterior derrota de Trump en EEUU, las prioridades geopolíticas del imperio genocida volvieron a virar hacia la gran isla mundial (eurasia) y los bolivianos pudieron volver a expresarse en las urnas, mandando a la presidenta de facto Añez a la cárcel y al candidato de Evo Morales, Lucho Arce, al Palacio Quemado. Los contratos para la explotación del litio suscriptos por Bolivia con empresas rusas y chinas -que habían sido denunciados por el gobierno de facto- volvieron a activarse, aunque trabados en parte por la continuidad del injerencismo yanqui -que cambio de eje pero no descuidó su política de matón continental- y por la propia crisis política, al interior de la coalición gobernante boliviana. En ese contexto de virtual parálisis, en el otrora Alto Perú, volvió a triunfar en EEUU el anti iberoamericano e ídolo tanto de Milei como de Guillermo Moreno, Donald Trump.
No es casual ni anecdótico que, con una nueva gestión neocolonial en la Casa Rosada, se reciclen los grotescos etílicos de Patricia Bullrich bajo la forma de “hipótesis de conflicto”, al servicio de amparar la extranjerización territorial o el injerencismo anglosferico. Desde que usurparon la Casa Rosada, los cipayos de LLA han buscado sistemáticamente provocar el conflicto diplomático con la hermana Bolivia con distintos argumentos: el narcotráfico, la migración ilegal y ahora una supuesta “célula terrorista aymará-islámica” que, en el mejor de los casos bajo los efectos del tinto, se cree advertir en la frontera norte de nuestro país. Es claro que se construyen excusas para condicionar las elecciones presidenciales que se realizarán allí el próximo 17 de agosto, y abonar -en caso de confirmarse un resultado adverso a los intereses del país hamburguesero del norte- el terreno a una nueva incursión pro-yanqui en nuestro país hermano, con el fin de asegurarse el manejo de recursos que, como aseguró públicamente la patotera Richardson, los gringos creen propios.
LA ARMADA ENTRENA PARA LA REPRESIÓN INTERNA.
El principal objetivo de quienes conspiran como agentes de la anglosfera para perpetuar la condición semicolonial de nuestra Patria, como lo ha denunciado el Coronel Seineldín, es separar al Pueblo de sus FFAA, lo que ha sido la piedra angular sobre la que se construyó nuestra independencia, nuestra Confederación Argentina y posteriormente nuestra doctrina y gobernanza justicialista. Imponerle a nuestras FFAA doctrinas que las enfrenten -bajo cualquier excusa- al Pueblo, además de bajarles groseramente el precio, es desviarlas de su cometido histórico. El anverso de esta geopolítica de disolución nacional es imponerle a nuestro Pueblo doctrinas que alimenten en su seno una profunda desconfianza y alejamiento para con las mismas.
Desde la implatanción de esta nueva “DOCRINA DE SEGURIDAD NACIONAL” se conoció el caso de Brisa Páez, la joven de 21 años terminó en coma inducido luego de que un instructor de la Armada le pegara una patada en un ejercicio de entrenamiento para reprimir protestas. La chica ya declaró desde el Hospital Militar y ya hay marinos detenidos por las lesiones que sufrieron varios voluntarios, a los que intentaron convencer de que mintieran sobre lo sucedido.
Lo grave, más allá del caso lamentable de quienes, integrando nuestras FFAA, se pliegan gustosos a estas doctrinas porque les cabe el fetiche del uniforme y el FAL o porque les ha enjuagado el cerebro la psicopatía “for export” difundida por el aparato propagandístico cinematográfico yanqui, es que amplios sectores de nuestras Fuerzas no adviertan el persistente intento de desnaturalizarlas para converitlas en una fuerza de disuación al ejercicio soberano de nuestro propio pueblo, al cual nacieron para defender. Así que la Armada, mandatada por el heroico pueblo que recuperó su soberanía en Mayo de 1810, para defender a los pueblos de hispanoamérica de las agresiones imperiales extranjeras (ya sea la española, la lusitana, la yanqui, la francesa o la inglesa) y para extender la revolución soberanista, es enajenada nuevamente de su tarea histórica, y puesta a disposición del mandato extranjero. Se la entrena actualmente para reprimir la resistencia del pueblo a un plan lesa Patria, se las quiere convertir en un instrumento de su implementación.
Las FFAA deben resistirse a convertirse en instrumento de las neometropolis y sus gerenciadores internos, los cuáles sistemáticamente las desfinancian y pretenden desnaturalizar su función histórica. Los llamamos a los soldados, marinos y aviadores patriotas a unirse a su pueblo en la defensa del proyecto soberano de los argentinos. Nuestros enemigos son el FMI, EEUU, Inglaterra e Israel, y cualquier otra potencia que pretenda imponernos por la fuerza (ya sea de forma diplomática, financiera o militar -utilizando métodos convencionales o no convencionales-) la enajenación de nuestro derecho a autodeterminarnos, para mantenernos como neocolonia y proseguir saqueando nuestro patrimonio económico y soberano.
