Por
Juan Carlos Perrone
Movimiento de Liberación Nacional
Santa Fe.
El principal objetivo del justicialismo es la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación.
Esta premisa es imposible de alcanzar en un estado de subordinación colonial, por lo cual se plantea indispensable la liberación nacional.
Siendo entonces un objetivo la liberacion nacional, de ello se desprende que un paso a ella es la Independencia Económica, solo alcanzable desde una planificación de gobierno destinada a recuperar las herramientas necesarias para llevar el plan emancipador adelante, siendo además indispensable para su sostenimiento la participación del pueblo organizado.
Argentina, es hoy un hogar desorganizado y sin conducción teniendo su casa ocupada, en la que cada parte de ella es usufructuada por quienes no son sus dueños. Los ocupas han cambiado la cerradura y tienen en su poder las llaves.
El derrocamiento del ultimo gobierno peronista en 1976, tuvo como fin el abrir un proceso de planificada destrucción, tanto de la Nación y su economía, como de las bases de la Comunidad Organizada alcanzada.
El asalto a las empresas del Estado Justicialista con su privatizacion o desguace, tuvo como objetivo directo, el debilitar y/o anular cualquier intento posterior de insubordinación al sistema de división internacional del trabajo.
El apropiamiento de las empresas por los llamados concesionarios del menemismo, fue conformando un poder económico concentrado financiero, agrario, industrial y comercial, adecuado a esa división internacional del trabajo, que asigna a la Argentina el rol de proveedora de insumos alimentarios, mineros y energéticos para sostener el desarrollo del mundo central.
Esta relación de fuerzas diseñada y opuesta a los intereses del pueblo argentino, viene siendo sostenida por los gerentes del coloniaje, esto es, el diseño del proceso que arranca en 1976 es seguido y respetado, por todos los sucesivos gobiernos de de esta democracia renga. ( renga porque la pata que le falta es el pueblo)
Estamos como antes de 1945, los argentinos no somos dueños de los telefonos, del gas, del petroleo, de los minerales, de nuestro dinero y/o ahorros, del acero, de la energía, del agua, del comercio exterior, de los fletes fluviales y marítimos, de los puertos. Han desmantelado la red ferroviaria, desguazado la industria para la defensa, entregado el Paraná. Han diseñado un entramado industrial, altamente dependiente de insumos y bienes extranjeros, una ruralidad foordizada bajo un esquema extractivista, poniendo todo al servicio del esquema proveedor del mundo central.
Para esto también han falsificado la soberanía popular, convirtiendola en una parodia de la alternancia. En definitiva socavaron la organizacion activa del pueblo argentino, como promovieron su enfrentamiento.
Esta realidad de hoy, bajo los niveles de dependencia y de destrucción en que se encuentra, solo es posible enfrentarla y revertirla desde un sujeto que pueda oponer un poder igual o mayor al actual.
Así, no existiendo practicamente burguesía nacional, ya que en su gran mayoría estos actores están incorporados al ordenamiento del sistema global y asimilados al mismo, es imposible pretender diseñar y hacer descansar en ellos, cualquier proceso de independencia económica, por lo cual, la cuestión económica emancipativa, deberá necesariamente encararse desde la experiencia y con los instrumentos que la Economía Peronista utilizó y nos dejó como enseñanza.
Debemos volver a gobernar nuestra casa, para revertir el saqueo que nos mantiene en la decadencia y la pobreza. Necesitamos recuperar el sector energético para ponerlo en costos y contar con la suficiente provisión al servicio de nuestro desarrollo. Es necesario retomar los puertos, reconstruir nuestra marina mercante, monopolizar en manos del Estado toda comercialización de hidrocarburos, gas y mineria. Una economía peronista en su planificación, comprende el dominio sobre el comercio exterior y sobre el sector financiero. Todo esto es imposible con los empresarios cuyo patrón de producción y rentabilidad, este basado en el concepto de precios de commodities, con lo cual no hay descalce de precio interno posible, quedando subordinado al internacional.
La realidad es la misma en todos los sectores ( alimentación, acero, servicios, etc.)
A estos condicionamientos, como al mencionado reiteradamente externo de escasez sistemática de divisas para sostener el proceso industrial, el peronismo supo resolverlo desde una Economía Planificada con eje e impulso de la misma desde las Empresas del Estado, en dominio de las areas estratégicas, lo que trajo aparejada la corrección de las distorsiones.
La Economía Peronista, así propone, la apropiación de los excedentes del Comercio Exterior, la administración de los ahorros y dinero de los argentinos como el direccionamiento del crédito, el retomar la riqueza de nuestro suelo e implementar un plan de desarrollo industrial y agrario con pleno empleo y altos salarios, tal que nos permita reconstruir el mercado interno y la inversión genuina.
El planteo justicialista de desarrollo, implica ponerlo al servicio de la Justicia Social, el bienestar de nuestro pueblo y la Independencia y liberación de nuestra Patria.
Todo esto es posible y no nos esta vedado realizarlo nuevamente, si nos desprendemos de una mente colonizada y de los intereses que tienen raiz asentada en la dependencia.
Llevamos casi cincuenta años de decadencia y de destrucción de los cimientos de una Patria soberana, debiendo saber que ninguna Nación ha podido alcanzar un grado de independencia sostenible frente a las demás y frente a los poderes transnacionales, sin haber superado el escalón de poder suficiente basado en su desarrollo tecnológico industrial y su unidad nacional.
El Gral Perón y su obra de gobierno, nos ha dejado una experiencia histórica que debemos rescatar para reconstruir la Nación sobre los tres pilares, el primero de base filosófica y doctrinal como la Comunidad Organizada, el otro instrumental sobre la experiencia de la Economía Peronista y el tercero programático y sintetizador de los dos anteriores, como el Modelo Argentino.
Teniendo el rumbo, necesitamos recuperar nuevamente la suficiente voluntad de vencer para seguirlo, reconstruir la conducción del conjunto que haga renacer el Movimiento Nacional y ponernos en marcha hacia Perón que nos esta esperando en el futuro.