Olivos, 12 de agosto de 2024
Carta abierta a mis camaradas:
Celebramos hoy un nuevo aniversario de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires a manos de los ingleses. Nuevamente la Patria requiere su defensa.
Esta misiva es una alerta temprana. Como soldados juramos fidelidad a la Bandera y sólo
ella exige nuestro compromiso.
Independientemente de las ideologías pues, como decía Ortega y Gasset: “Ser de la derecha o de la izquierda es una de las tantas formas que un hombre tiene para elegir ser un imbécil”; nuestra misión como soldados es preservar los más altos intereses de la Nación.
El gobierno, amparado por la ley Bases, dio el visto bueno para transformar la empresa
Fabricaciones Militares en una sociedad anónima norteamericana. El ingreso de los
EE.UU. en nuestras fábricas militares tiene como objetivo geopolítico la subordinación de
la Argentina a la OTAN y su ingreso a las guerras de Medio Oriente y Ucrania.
En esta avanzada se opera sobre la FM “Fray Luis Beltrán”, FM “Río Tercero” y FM “Villa
María”.
Hay un plan siniestro para utilizar a nuestras fuerzas armadas en apoyo del ejército israelí
y del ejército ucraniano. Ya en el pasado fuimos involucrados en la “Guerra del golfo” pero,
esta vez el conflicto tiene un alcance mundial. Nuestro país se convertirá en abastecedor de
pertrechos (munición y explosivos) para alimentar guerras ajenas a nuestros intereses. Por
favor, no vaya a pensar el lector ingenuo que esta es una medida económica para aumentar
nuestras exiguas exportaciones.
Cumpliendo con sus declaraciones, el presidente Milei está “destruyendo el estado”. Toda
la visión y creatividad del general Savio, como así también el esfuerzo y el trabajo de miles
de argentinos para lograr una industria nacional fuerte e independiente, hoy es aniquilado
por una simple e inescrupulosa firma. Debemos reconstruir nuestras fábricas (de 14 que
teníamos pasamos a 3) no regalar lo que queda. Nuestro histórico enemigo continua la
guerra por otros medios.
La Argentina siempre fue un país pacífico y neutral en los conflictos de otras naciones, las
mencionadas decisiones nos están conduciendo al caos, y no hay mayor caos que una
guerra. Más temprano que tarde sufriremos las consecuencias nefastas de la extensión del
conflicto mundial a nuestras tierras.
“Cada uno puede preguntarse si el país, a corto plazo, no caerá en el caos.
Despertarán y sufrirán en él quienes no quieren hoy día oír hablar de nada
que no se relacione con sus pequeños problemas personales”
(P. Leonardo Castellani).
CT Daniel Elía
